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En el corazón de Paraguay, en la ciudad de Luque, un proyecto educativo está transformando la manera en que los niños y jóvenes se acercan a la música y la artesanía. Se trata de la Escuela Taller de Luthería Borja, una iniciativa que no solo enseña a construir instrumentos, sino que también preserva un legado cultural invaluable. Luz Borja, luthier y educadora, nos cuenta cómo nació esta escuela y el impacto que ha tenido en la comunidad. En este camino, la escuela ha contado con la colaboración de Maderas Barber, que ha aportado materiales de alta calidad para los estudiantes.
Esta iniciativa supone la oportunidad de trabajar con materiales de primer nivel, perfeccionar sus técnicas y expandir sus habilidades en el mundo de la luthería.
Maderas Barber colabora con escuelas y talleres, y también impulsa iniciativas que acercan la luthería a más personas, ayudando a que esta tradición llegue a nuevas generaciones.
El origen de un sueño educativo
La idea de enseñar luthería a niños y adolescentes surgió con un propósito claro: proteger la tradición artesanal de fabricación de guitarras y transmitir su valor a las nuevas generaciones. "Queremos que los niños comprendan la importancia de lo hecho a mano, que sientan la historia y el esfuerzo que hay detrás de cada instrumento", explica Luz. En Paraguay, la fabricación de guitarras y arpas tiene una raíz profunda en la identidad cultural del país, y en Luque, epicentro de esta tradición, este conocimiento se transmite de generación en generación.
Sin embargo, el acceso a instrumentos musicales sigue siendo un desafío. Para muchas familias, la prioridad es la educación básica, la alimentación y la vestimenta, dejando en un segundo plano la posibilidad de adquirir un instrumento. "A pesar de las dificultades económicas, los niños y jóvenes sienten un profundo deseo de acercarse a la música. Nosotros queremos darles la oportunidad de hacerlo con sus propias manos", dice Luz con convicción.
El proceso de enseñanza: de la madera a la música
El curso de construcción de guitarras está diseñado con una estructura pedagógica que abarca desde la historia de la guitarra hasta la terminación de cada pieza. Los alumnos aprenden a identificar las partes del instrumento, interpretar planos, utilizar herramientas y trabajar con distintos tipos de madera.
"Nos emociona ver cómo los niños se involucran en todo el proceso, desde la selección de la madera hasta el barnizado final. Cada guitarra que construyen es un reflejo de su esfuerzo y dedicación", relata Luz. El programa incluye cursos como Luthería Kid, donde los más pequeños construyen un ukelele en tres meses, y talleres de seis meses orientados a adolescentes y arpistas.
Los desafíos del taller
Como en todo proyecto artesanal, los desafíos son parte del camino. La disponibilidad de materia prima es uno de los principales obstáculos, así como el calor sofocante de Paraguay, que sin aulas climatizadas hace que el trabajo sea más exigente. "El espacio reducido del taller nos obliga a trabajar en grupos, lo que limita la producción simultánea. Pero hemos aprendido a optimizar cada recurso y a compartir el conocimiento de manera eficiente", explica Luz.
Cuando los niños finalizan su primera guitarra, la emoción es indescriptible. "Hemos visto chicos que superaron la timidez, la soledad e incluso situaciones de bullying gracias a este proyecto. Transformar un pedazo de madera en un instrumento despierta en ellos una luz especial, una conexión profunda con la creatividad y la música", dice con orgullo.
La importancia de las maderas y la colaboración con Maderas Barber
La madera es el alma de cada guitarra. "Cada pieza tiene una personalidad única y es esencial tratarla con respeto y pasión", asegura Luz. En anteriores proyectos, para la caja de resonancia se ha utilizado cedro paraguayo; para la tapa armónica, abeto europeo; y para el diapasón, ébano, guayacán o incienso paraguayo.
Cuando la escuela recibió la colaboración de maderas de Maderas Barber, el impacto fue inmediato. "Nos sorprendió gratamente la calidad de los materiales. En Paraguay no tenemos acceso a este nivel de excelencia, y trabajar con estas maderas ha sido una experiencia enriquecedora para nuestros alumnos", cuenta Luz.
Planes a futuro y cómo sumarse a la causa
El futuro del proyecto apunta a su expansión. "Queremos que más niños y jóvenes puedan acceder a la formación en luthería. Luque es el corazón de la fabricación de guitarras y arpas en Paraguay, y deseamos seguir fortaleciendo esta tradición", afirma Luz. Para ello, la escuela necesita mejorar su infraestructura y acceder a más materia prima. "En 2024 logramos realizar un taller importante gracias al apoyo de Maderas Barber, pero aún queda mucho por hacer", agrega.
Para lograr esto, la escuela necesita mejor infraestructura y acceso a más materias primas. "En 2024, logramos llevar a cabo un taller importante gracias al apoyo de Maderas Barber, pero aún queda mucho por hacer", agrega.
Aquellos que quieran colaborar con la Escuela Taller de Luthería Borja pueden ponerse en contacto con Luz Borja para conocer las diferentes maneras de aportar a esta iniciativa.
Un mensaje para futuros luthiers y educadores
"Es fundamental mantener vivo el legado de la fabricación de instrumentos. La enseñanza de la luthería no solo preserva conocimientos ancestrales, sino que también ofrece a los niños una conexión única con la música y su identidad como creadores", reflexiona Luz.
Ver a los niños construyendo y tocando sus propias guitarras es la mayor prueba de que el arte de la luthería puede cambiar vidas. "Cuando un niño toca la primera nota en un instrumento que él mismo fabricó, algo en su interior cambia para siempre. Y ese es el verdadero poder de la música y la artesanía", concluye Luz con una sonrisa.
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