Contrabajo
El contrabajo es el mayor instrumento musical de cuerda frotada, midiendo aproximadamente 1,80 metros y poseyendo una tesitura grave. Suele tener cuatro cuerdas, aunque también se pueden encontrar de tres y cinco cuerdas.
Se toca con un arco, aunque es preciso que tenga resina, ya que si no, no se produciría ningún sonido. Sin embargo, también se puede tocar con la yema de los dedos en lo que se conoce como pizzicato. Por otro lado, las cuerdas del Contrabajo son tan largas y tan gruesas que las clavijas usadas en otros instrumentos de cuerda no se pueden utilizar, por lo que se recurre a clavijeros mecánicos.
Físicamente, los hombros del Contrabajo caen más que los de la Viola y la parte trasera del instrumento es más plana. Estas características permiten al contrabajista, que para poder manejarlo debe estar de pie o sentado en un taburete alto, alcanzar todo el instrumento.
Respecto a la madera, se suele fabricar en Abeto y Arce, y el Diapasón y el Cordal es de Ébano; por otro lado, la vara del arco es de Pernambuco.
Los orígenes históricos del Contrabajo se remontan al siglo XVI. Sin embargo, hasta el siglo XIX no adoptó su aspecto actual, una combinación de elementos propios del violín y de la viola da gamba. También durante ese siglo se incorporó definitivamente a la orquesta, aunque hubo que esperar a la segunda mitad del siglo XX para ver el verdadero auge del contrabajo.