La Samanguila, o Khaya ivorensis para los más técnicos, es una madera que lleva tiempo apareciendo en el mundo de la luthería. Conocida en inglés como African mahogany, ha venido a ocupar el lugar que, tradicionalmente, estaba reservado para la caoba de siempre. Esta madera de origen africano está apareciendo cada vez más en los talleres de luthiers y en los catálogos de constructores de guitarras y bajos. Pero, ¿es realmente una buena alternativa a la Caoba americana? Aquí te cuento mucho más sobre la Caoba africana.
Visualmente, la Samanguila es muy parecida a la caoba que todos conocemos, con su color marrón-rojizo que se oscurece a medida que envejece. Su grano suele ser recto, pero a veces muestra un patrón entrelazado que le da un estilo bastante llamativo, ideal para quienes buscan un acabado natural que resalte.
Para el trabajo de luthería, es un material bastante manejable: tiene una densidad cómoda, ni muy pesada ni muy ligera, lo cual le da un balance que facilita el trabajo. Y no solo eso, sino que al cepillarla o lijarla, se nota que, en comparación con otras maderas duras, no es tan complicada de manejar; no astilla fácilmente y se lleva bien con las herramientas.
Ahora, vamos a lo que más importa: el sonido. La Caoba africana tiene un tono cálido, bastante equilibrado, y responde muy bien en las frecuencias medias. En instrumentos como guitarras acústicas y eléctricas, este tipo de resonancia genera un sustain agradable y un toque enriquecedor que los músicos suelen apreciar, especialmente si buscan un sonido completo y con carácter, similar al de la caoba, pero un poco más ligero y aireado.
En guitarras eléctricas, ofrece un sonido robusto sin ser estridente, y en acústicas aporta calidez sin sacrificar claridad, algo que resulta interesante en cuerpos que necesitan proyección y profundidad. Se puede usar para el cuerpo, el mástil o incluso para tapas si quieres experimentar un poco.
Uno de los grandes beneficios de la Samanguila es que es una madera estable. Responde bastante bien a los cambios de clima y no suele deformarse fácilmente, algo que muchos luthiers valoran porque permite que el instrumento se mantenga mejor con el tiempo y los cambios de lugar. Además, al barnizarla o encerarla, aumenta su belleza: el veteado brilla y adquiere un color profundo, así que incluso en proyectos con acabado natural, luce muy bien.
Esa misma porosidad que le da un tono atractivo a veces hace más laborioso el acabado, porque tiende a absorber mucho material. Esto significa que probablemente necesites aplicar más de una capa de sellador antes de barnizarla como deseas. Otro tema es el encolado: sus taninos pueden interferir, por lo que es mejor limpiarla bien con alcohol desnaturalizado y usar un pegamento de calidad para evitar sorpresas.
Para responder si la Samanguila sustituye a la Caoba, hay que aclarar primero otra cuestión. ¿Es la Samanguila una “caoba” en el sentido clásico? A lo que podríamos contestar sí y no.
La Samanguila tiene un aspecto y un tono que compiten bastante bien, y para muchos músicos y fabricantes es una excelente opción que honra a la caoba tradicional. Pero, al mismo tiempo, tiene su propia identidad: es un poco menos densa y tiene ese tono un poco más suave que para algunos músicos es incluso más atractivo.
La realidad es que la caoba tradicional (esa mítica de Honduras) se está volviendo cada vez más difícil de conseguir debido a su escasez y a sus restricciones. Aquí es donde entra la Samanguila al rescate, ofreciendo una alternativa con una relación calidad precio muy buena. Ambas están controladas y reguladas dentro de la CITES.
Al final, no se trata de reemplazar exactamente a la caoba de siempre, sino de encontrarle su propio lugar en el mercado. Y en ese sentido, la Samanguila se ha ido ganando su espacio con méritos propios. Si estás buscando una madera que ofrezca versatilidad, que sea fácil de trabajar y que, además, sea accesible, definitivamente te animamos a probar la Khaya ivorensis en tu próximo proyecto.
Entre las variedades de Caoba que encuentras en Maderas Barber, otra alternativa emergente es la Caoba Fiji. De la misma especie que la americana, la Fiji no necesita CITES debido a que procede de plantaciones.
