El diapasón es una de las partes más determinantes en la experiencia del guitarrista. Es la superficie donde se presionan las cuerdas y, por tanto, donde sucede toda la interacción con la mano izquierda (o derecha, si eres zurdo). Una buena madera de diapasón debe ofrecer una sensación cómoda, ser resistente al desgaste y permitir una ejecución precisa, sin importar el estilo musical.
Además de su función práctica, también influye en el tono: maderas más densas tienden a aportar más ataque y definición, mientras que otras más porosas pueden suavizar ligeramente el sonido. Por eso, elegir el diapasón adecuado es una decisión tanto sensorial como tonal. Su aspecto estético también puede aportar carácter al instrumento, desde vetas marcadas hasta superficies uniformes y sobrias.
Cuando compremos un diapasón de guitarra siempre recibiremos piezas cortadas con las fibras a lo largo de la pieza, nunca al contrario, ya que éste debe ayudar al mango a soportar la tensión de las cuerdas y por lo tanto requiere de la estabilidad que le da el corte longitudinal.
Estos diapasones tienen ambas caras ya lijadas.
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