Gaita Escocesa
La gaita escocesa tiene tres tubos del mismo tamaño, más uno un poco más largo, compuestos de diferentes piezas torneadas habitualmente de granadillo. La bolsa suele ser de piel de oveja o de alce. Para producir sonido el músico o interprete sopla aire dentro de la bolsa del instrumento para luego ser expulsado mediante la presión ejercida con el brazo sobre el cuerpo del instrumento, de esta forma se libera el aire por tubos laterales, el músico controla la salida del aire tapando con los dedos los orificios de los tubos de forma que el sonido resultante sea el deseado.
El granadillo, madera de una extraordinaria densidad, es la madera más utilizada en la construcción de la gaita debido a sus propiedades acústicas. Estas dotan al instrumento de un sonido claro, brillante, muy reconocible en cualquier lugar del mundo y evoca un sentido de larga tradición para todos los amantes de la música tradicional escocesa.